Cuando tenemos un problema de salud vamos al médico para que nos dé «medicinas» para curarnos, la mayoria de los médicos en un sistema deshumanizado, ni siquiera explican que hábitos de vida están minando la salud, sólo te recetan algo que apagará los síntomas y te permitirá seguir produciendo, seguir tirando, pero más pronto o más tarde eso que no has aprendido ni sanado se volverá crónico, y saldrá en forma de enfermedad más grave. Y vuelta al circo de las pastillas, para nunca acabar.
La enfermedad es un grito del alma para que observemos y cambiemos algo que no aleja de nosotros mismos, de emociones no integradas ni expresadas.
Desde mi visión del ser humano el primer paso para un proceso de Sanación es escuchar «La voz del síntoma», escuchar cuál es mensaje que la enfermedad nos trae, ese aspecto de nosotros que necesitamos cambiar y que nuestro ego se resiste a ver. Integrar el mensaje y las emociones atascadas abre la puerta para el cambio. Cuando hemos completado esta tarea, todo lo demás que hagamos (incluso la pastilla) va a funcionar y ayudar a sanar el cuerpo.
El segundo paso es la sanación energética, mover y aumentar la energía vital, en el cuerpo y en el área afectada, aumentado la cantidad de energía que el cuerpo tiene para recuperar la salud. Muchas molestias son bloqueos de energía o deficiencia de Qi en un órgano o área del cuerpo. Aportando energía extra y limpia el cuerpo puede, muchas veces, recuperar por si mismo la salud y el equilibrio.
El tercer paso es la sanación espiritual es aplicar las prácticas espirituales adecuadas para el problema que hemos detectado, aplicando la magia que las grandes tradiciones espirituales nos han legado. Es abrir la puerta a la Gracia para que nuestra sanación se dé y se acelere.
Y el cuarto paso son los remedios físicos (plantas-sustancias) y la revisión de cambios en los hábitos de vida sana (alimentación, sueño, autocuidado,…)para lograr una mejor y más duradera salud, en armonia con nostros mismos y con nuestro entorno.