Llevaba muchos años de insatisfacción personal, era una persona triste, malhumorada, y ansiosa, estaba buscando ayuda, pero no encontraba nada ni nadie que de verdad me pudiera ayudar.
En una clase de prueba “Iniciación al Chi-Kung” conocí a Julio, era el instructor, me pareció una persona preparada, con profundos conocimientos sobre (se lo dejo a Julio) me animé y me matriculé en el curso.
En las clases de Chi-Kung fui aprendiendo poco a poco a relajarme a través del control de la respiración y la realización de los ejercicios de una forma lenta y consciente.
Al final de la clase de Chi-Kung, hacíamos una pequeña meditación y luego comentábamos nuestra experiencia.
Fueron pasando los meses y con las clases de Chi-Kung y las pequeñas meditaciones, sorprendentemente me iba encontrando mejor, estaba aprendiendo a controlar mi angustia y mi ansiedad.
Esto me animó y comencé a compaginar el Chi-Kung con clasesde Meditación más profundas, fui aprendiendo a controlar mi vida, aprendí a “pararme”.
Pararme = Antes cualquier acontecimiento, no actuar por impulso, serenarme, respirar, relajarme física y mentalmente y luego actuar de una forma consciente y tomar la mejor decisión.
Aunque iba mejorando, era otra persona, pero yo quería ir más adentro, profundizar más en mi inconsciente, rebuscar más en mi interior a ver si llegaba a la raíz de mi problema, así que decidí hablar con Julio para empezar a hacer terapia.
En las sesiones de terapía Julio me proporciono técnicas y herramientas para afrontar los problemas e ir modificando mi conducta y nuevas formas de afrontar la vida.
Después de varios años con Julio aprendí a conocerme, aceptarme y lo principal y más importante ser un poquito más feliz, la felicidad es lo que todos buscamos en esta vida y estoy seguro que Julio te enseñara el camino, pero tú y solo tú tendrás que andarlo, tú serás el que te pongas las metas aclarando quién eres y que quieres de la vida, vale la pena intentarlo, te lo recomiendo.